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8 - LOS
CHARLATANES
Eran los charlatanes, las
estrellas del bullicio sobresaliente durante las Ferias y Fiestas; los vimos
vociferando en los alrededores del mercado central. Con su verborrea atraían a
todo tipo de personas, tanto a la chiquillería como al forastero que recién
llegado del pueblo anhelaba adquirir algo a buen precio para llevarle a la
familia como regalo de Ferias.
Unos montaban su tenderete
en el suelo, rodeado de maletas que contenían todo tipo de baratijas. Otros
sobre una mesa, protegiéndose del lacerante sol con una sombrilla.
Venían siempre aprovechando
las fiestas de San Juan o las Ferias de Septiembre.
Por San Juan; los
labradores contrataban a los segadores, temporeros y trilliques; apiñándose
todos, junto a los cafés Novenlty y Villarrosa. Se distinguían muy bien; los
temporeros, segadores y trilliques rapados al cero, con un fardel o macuto a la
espalda; los “dediles” que utilizaban para segar colgados del cuello, siempre
con su inseparable sombrero de paja.
En cambio, los labradores
lucían sombrero de fieltro, gorra visera o boina, unos vestían chaqueta de pana
y otros un blusón amplio y negro, llegándole casi hasta las rodillas. Los más
llevaban camisa sin cuello, solamente la tirita con el botón y toda abrochada.
(Hasta el “gañote”).
¿Cuánto pides por la
temporada galán? –Diez mil reales y
mantenido.
—Contestaba el mozo.
Volvían todos en
Septiembre, cuando había terminado la cosecha, aprovechando de paso las Ferias.
Algunos a los toros y otros a comprar los “Majos”
para regresar después a su pueblo de origen.
A base de griterío, los
charlatanes, iban atrayendo al gentío, arremolinándose embelesados ante las
fascinantes mercancías. Las lisonjas del vendedor y el afán de llevarse un lote
de objetos por una minucia de dinero, conquistaba a las gentes humildes, pues
la codicia de comprar sugestivos géneros a módico precio los cautivaba.
Lo mismo vendían una
cartera de piel de búfalo, un lote de maravillosas hojas de afeitar de acero sueco,
un peine de concha de tortuga caribeña, o unas medias de cristal para hacer
feliz a la señora del afortunado comprador.
—¡A quien me enseñe veinte
duros!
—Le regalo un peine, una
hoja de afeitar un calendario que adornará la bonita pared de su casa, una
pluma estilográfica para ceder al niño y que no tendrá que recargar hasta ir a
la mili.
— ¡Y también! Una cartera
de piel de Ubrique, para guardar las fotografías de su mujer, de sus hijos y
tal vez de su queridísima suegra señores.
El ayudante montaba el
teatro llevándose las manos a la cabeza; el charlatán rebatía:
—¡Cállate! El género es mío y hago con él, lo que me da
la gana.
Cuando los críos se
arrimaban demasiado para no perder ripio, chillaba. ¡Aparta chaval, que me “jodes” (¹) la maleta!
Continuaba con su
cantinela:
—¡Señores! Todavía hay más;
les regalo una medalla que no es de plata, pero como ha estado doce años en una
platería, algo se le habrá pegado.
—¡A ver secretario! Un lote
para aquel señor, otro para el del fondo…
Y así sucesivamente, hasta
hacer su particular agosto.
Había otro charlatán
vendiendo relojes suizos de veintitantos “rubís”, cristal “fosforito” y cadena de oro alemán. Sorprendentemente solo se le
daba cuerda cada dos días.
—¿Cuánto voy a cobrar por
este auténtico reloj fabricado por los más acreditados relojeros Suizos,
genuinos relojes elegidos por los americanos?
—Pues no se lo van a creer;
ni 60, ni 50, ni 40 duros…
—¡A treinta duros oiga!
—¡Y al que no quiera el
reloj, tres puñaditos de higos!
Ciertamente alguno de vosotros
habréis reparado en que ahora también se estila bastante eso de ofrecer mucho,
dando poco.
—¡Y no solamente voy a
incrementar el salario mínimo interprofesional, también voy a regalar a todos
los trabajadores y pensionistas 400 euros a descontar en el IRPF y además, voy
a crear tres millones de puestos de trabajo! Y el pleno empleo para las
mujeres… “Hasta las próximas elecciones y que ustedes lo sufran bien”.
José Luis Rodríguez Zapatero prometió en la campaña electoral de 2008,
una ayuda de 400 euros.
Los 400 euros de Zapatero costaron 4 veces más que el ahorro en
pensiones.
El coste de la desgravación en la recaudación del Estado en 2009
fue de 5.700 millones, casi
cuatro veces más que los 1.500 millones que se ahorrará el Ejecutivo congelando
pensiones en 2011. (Fuente: EL MUNDO)
Pero el tipismo se ha
perdido, tal vez motivado por las prisas, la sociedad de consumo, la
intolerancia y la nefasta forma del convivir diario.
Ya no es necesario ir
tranquilamente media hora antes para coger asiento en “La Serrana”; escuchando
la cantinela de la vendedora de dulces ¡Patatita
americana! O aquel otro gritando –¡Paquetito de caramelos oiga!
Ahora preferimos aguantar
enormes atascos con nuestros vehículos, derivando en agrio carácter, incluso
perdiendo algunos, toda dignidad.
Por entonces no había nada
como lo americano: Las películas del oeste, las plumas Parker, las gafas de sol
Ray-Ban, la leche en polvo, el queso americano y la mantequilla salada que nos
“regalaban” con el plan llamado “La Ayuda Americana”.
El 26 de septiembre de 1953
se firmaba, el denominado «Pacto de Madrid». Vigente hasta 1.963.
La España de Franco, que no
cumplía ningún requisito democrático, fue excluida del Plan Marshall, lo que
hizo aún más duro el lento proceso de recuperación de nuestro país tras la
guerra civil.
Estos asuntos más serios,
ya hay quien los trata lúcidamente; para mí lo interesante ahora es relatar
vivencias anecdóticas –historias de antes– y no importunaros, pues demasiado
tenéis con soportar los avatares cotidianos.
–¡Nada nada!
– Echémoslo en vino.
Lindo
canta la calandria
y
muy lindo el ruiseñor,
mejor
canta la botella
si
le sacan el tapón.
(¹) Del DRAE: tr. Destrozar, arruinar, echar a perder. U.
t. c. prnl.
Respuesta al comentario de Techum:
En absoluto me ofendes, te agradezco el favorable comentario y además me satisface que gusten mis artículos.
Referente a al inciso que haces, yo creo que según la gramática de D. Luis Miranda Podadera. Pronombre es la parte de la oración que sustituye al nombre o lo determina. PRONOMBRE PERSONAL: representa personas, animales o cosas (yo, nosotros [primera persona]; tú vosotros [segunda persona]; él, ellos [tercera persona]).
Pronombre es la palabra que sirve para sustituir al nombre y evitar su repetición.
Igualmente, pronombre es toda palabra que designa un objeto sin decir su nombre.
¡Cállate! El género es mío y hago con él, lo que me da la gana.
En la frase anterior, “género” se sustituye por él. Si en una frase ha de entrar varias veces esa palabra, la primera vez se dirá “género”, y las otras veces se usará él, sin repetir “género”.
En tu comentario, hay un lapsus cálami, donde dices pueblerino "antigo", seguramente has querido decir. Pueblerino antiguo. Además de "incisión" que significa corte, en lugar de indicar "inciso"
Felipe García Fraile.
En absoluto me ofendes, te agradezco el favorable comentario y además me satisface que gusten mis artículos.
Referente a al inciso que haces, yo creo que según la gramática de D. Luis Miranda Podadera. Pronombre es la parte de la oración que sustituye al nombre o lo determina. PRONOMBRE PERSONAL: representa personas, animales o cosas (yo, nosotros [primera persona]; tú vosotros [segunda persona]; él, ellos [tercera persona]).
Pronombre es la palabra que sirve para sustituir al nombre y evitar su repetición.
Igualmente, pronombre es toda palabra que designa un objeto sin decir su nombre.
¡Cállate! El género es mío y hago con él, lo que me da la gana.
En la frase anterior, “género” se sustituye por él. Si en una frase ha de entrar varias veces esa palabra, la primera vez se dirá “género”, y las otras veces se usará él, sin repetir “género”.
En tu comentario, hay un lapsus cálami, donde dices pueblerino "antigo", seguramente has querido decir. Pueblerino antiguo. Además de "incisión" que significa corte, en lugar de indicar "inciso"
Felipe García Fraile.
1 comentario:
Interesante relato del charlatán que trataba de vender al pueblerino antigo.
Luego la alusión a las promesas de los nuevos políticos.
La dura etapa económica franquista que yo desconcí.
Interesante blog, lo encontré al azar.
Buenos escritos espero seguir disfrutando de ellos.
Una pequeña incisión:
Cállate! El género es mío y hago con él, lo que me da la gana.
El segundo "el" es art. no pronombre por tanto sin acento.
Un saludo, sin ánimo de ofender, es que tu escrito está impecablemente escrito, de mi total gusto.
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