sábado, 23 de julio de 2011

21 EL ÚLTIMO DROGUERO







21 EL ÚLTIMO DROGUERO


En el “Génesis” 37,25, ya se menciona a los drogueros: (Alzando la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad con camellos cargados de aromas, bálsamo y mirra, en ruta hacia Egipto).
En la edad media, bajo la denominación de especias, se entendían todas las drogas suministradas por la naturaleza, como materiales tintóreos, perfumes y productos industriales, tanto de origen mineral como vegetal o animal.

He empezado refiriéndome a esta antigua profesión, con motivo de ofrecerle un sencillo homenaje en su jubilación, a Paco Fragua. Considerado como el último experto en droguería, que quedaba en nuestra ciudad.

Toda una vida dedicada al oficio; regentando la droguería “ANIANO”, surtida de todas las mercancías relacionadas con la droga (de droguería), cuya lista sería interminable.

Paco Fragua, es capaz de preparar fórmulas complicadas y sabias, utilizando esencias, tinturas, aceites secantes, colas, resinas, cosméticos, y preparados biológicos especializados para el hogar o la industria; como el bórax, asfalto o betún de Judea, blanco de España, agua de rosas, tornasol, el índigo de Bagdad, colofonia, alcanfor, trementina, cochinilla o kermes (aglutinante natural) y cola de conejo, entre otros muchos. Incluso conglomerados de ceras, goma laca o acetonas a granel.

Igualmente, experto en surtido de perfumes, esencias o fragancias, combinados y mezclados en probeta de forma armoniosa, con precisión genuina.

Entendido en todo tipo de mixturas, tanto de pinturas al aceite de linaza como aditivos alimenticios; podríamos poner como ejemplo los colorantes alimentarios que le suministraba a Eras, para fabricar helados y sorbetes en la heladería del Corrillo.

Junto a su hermana, ha sido fiel continuador de su padre, Aniano Fragua, proseguidor de la Droguería Justo Bajo y fundador de la industria ANIANO en la Plaza del Peso nº 10, allá por los años cincuenta. Aquel que fue, persona agradable, buen conversador, amable y cuidadoso en el trabajo. De los pocos industriales que atendió a los proveedores con infinita paciencia, demostrando así su valía y saber estar ante la sociedad; ganándose la estima de todas las personas con las que se relacionó. Cosa que le honró, además de haber sabido trasmitir a su hijo la sabiduría, honradez y profesionalidad que siempre le ha caracterizado.

Recuerdo en mi niñez, acudir con mis amigos a la droguería para proveernos de clorato potásico y azufre, con los que elaborábamos nuestras ruidosas “bombas” verbeneras.

¡Desde aquí, y en voz alta, quiero trasmitirle mi grato reconocimiento!
Ellos, han definido una época en ese ámbito social, función, que se está perdiendo paulatinamente.

LAS MIL Y UNA NOCHES.
LA CENTÉSIMANONAGÉSIMA NOCHE.
"Pero cuando llegó la 193ª noche.
Ella dijo:
Y se presentaron muchos médicos, sabios, astrólogos, magos y drogueros