jueves, 15 de septiembre de 2011

EL HOTEL DE IRÁS, PERO ALLÍ NO VOLVERÁS








Érase una vez, una familia que compró un paquete vacacional con pensión completa y pago por anticipado, en la agencia Viajes Halcón, para “disfrutarlas” en el hotel Elba Costa Ballena, (situado en Rota. Cádiz).

Si esto fuera un cuento, tendría un final feliz y todos hubiéramos quedado contentos comiendo incluso las celebradas perdices.
Pero desgraciadamente no es ficción, todo ha sido una áspera realidad.

Por este motivo trato de persuadir a las personas que lean este artículo, para que se abstengan de acudir a ese lugar de poco ensueño y no sucumban ante la trampa publicitaria de este hotel, puesto que lo que ofrecen no va en proporción con lo que confieren.
La relación calidad precio, es totalmente inaceptable.

Habría que destacar el factor de las comidas. Creo yo, que con el margen obtenido con el agua de mesa, queda resarcida la inversión que han hecho en los alimentos, incluido el sueldo del personal.
La fórmula es de cajón: Productos económicos, más margen desorbitado en las bebidas, igual a beneficio extra.

No es de recibo que en un hotel de cuatro estrellas, recurran a servilletas de papel barato, cuando esto ya no las utilizan ni en la venta “El Colorao”. Tampoco que la cocina en vivo se componga de filetes de hígado, carne de cerdo de segunda y pescado congelado, entre ellos “panga”. La OCU recomienda no consumir panga y perca porque se han encontrado restos de pesticidas y mercurio. Los mariscos, pescados frescos de calidad y carnes de primera, brillaban por su ausencia.
Los vistosos pescados y crustáceos que divulgan en la publicidad, no tienen nada que ver con lo incluido en su deficiente buffet.
Yo he pagado lo suficiente y sin discusiones, para que las “pseudo paellas” y fideuá del día, no estén hechas con las sobras del día anterior, (hígado, carne de cerdo, etc).

Motivado, seguramente por la precaria ocupación, el hotel lanzó una oferta de última hora, (“a lo barato, 50% menos de lo que yo había pagado”) para captar la plena ocupación en la baja temporada; el hotel se llenó de personajes ajenos a lo que es el proceder social. (Salvo raras excepciones).
Analizando las señales a través del comportamiento humano no es necesario que nos informen de lo que nos dicen nuestros sentidos.
Particularmente, me parece a mí, que no es preciso ser neurocientífico para percatarse del tipo de personas que ocupaban el hotel,

Trataron a todos los clientes con el mismo concepto, igualando a los que habíamos pagado mucho, con a los que habían pagado poco. Algo totalmente injusto. ¡Claro! Siempre a favor del hotel. El personal intentando agradar, muy bien aleccionados, forzando la sonrisa, pero no te solucionan ningún problema, se limitan a poner buena cara pero tú continúas con el problema.
Solicité en varias ocasiones una entrevista con el director, para exponerle mi desencanto, además de recabar una información que me habían encargado referente a la actividad del campo de golf, limítrofe al hotel. Apareció el día anterior a nuestra partida, al percatarse de las quejas sobre la interminable espera en la entrada del restaurante. No obtuve ninguna información en lo concerniente al campo de golf.

Según argumentación del director, estaban en ocupación normal de temporada. (Temporada del Imserso, seguramente). Totalmente Injustificable el plantón en cola de una hora, para poder entrar al restaurante. Había personas con niños lindando en la desesperación. – ¿Cómo es posible que un hotel de cuatro estrellas, no esté preparado para atender a sus huéspedes adecuadamente?
Parecía que en lugar de estar de vacaciones, nos habían castigado a comer en la “Mendi”¹, con el plato y la cuchara en la mano, esperando a que el ordenanza diera autorización al turno correspondiente.

Referente a las dos habitaciones que nos adjudicaron, estas, estaban abastecidas de desperfectos, sobre todo el baño y, para colofón, aromatizadas de fuerte olor a cloaca, muy parecido al que despiden los pozos negros. Las cortinas con fugaz limpieza, más bien parecían sacadas de la película, Nosferatu. El mini televisor de pésima calidad; a pesar de los desvelos del técnico, no hubo posibilidad de un funcionamiento adecuado. El mando tampoco marchaba correctamente. En definitiva, un desastre total.
No merece cuatro estrellas. Habría que cambiárselas por cuatro coprolitos.
No tengo nada personal en contra del hotel, pero creo que debo de comunicar a las personas de mi entorno, la experiencia que he vivido.
Como esto no ha sido una quimera, quiero decir que:

EL HOSPEDARSE ALLÍ, ES PERDER TIEMPO DIGNIDAD Y DINERO.

¿Que opinarán en la OCU de todo esto?


1 Mendicidad. Lugar de socorro para mendigos.

martes, 13 de septiembre de 2011

22 SER ABUELOS



Bautismo de mi nieta Vega


Cuando nació mi primera nieta, alguien que ya había pasado por esta experiencia, me describió lo emocionante de ser abuelo.

Os aseguro que lo mejor de ser padres es la posibilidad de ser abuelos. Para esto hay que superar varios requisitos: El primero es casarse, el segundo es tener hijos, el tercero es tener hijos casados. Pero el cuarto requisito es el más importante, no morirse antes de que todo esto suceda.

Ahora poder experimentar por segunda vez, con la seguridad y la confianza que otorgan los años, una nueva dimensión de la paternidad, es para la mayoría de las personas un auténtico regalo, que además, supone el comienzo de una nueva y apasionante etapa de la vida.

Aunque es una etapa relevante del ser humano, no dejo de reconocer que el convertirse en abuelo es sinónimo de hacerse viejo. Pero me consuelo pensando que también significa, una oportunidad para gozar de una buena experiencia y como he dicho revivir la paternidad de una forma más relajada.


Si nos lo permiten nuestros hijos, contribuiremos de una manera correcta a aconsejar sobre la educación de nuestros nietos, de la misma manera que nuestros abuelos lo hicieron antes con nosotros. Puesto que ahora no es el momento de educar, sino de aconsejar.

A propósito de esto de educar, quisiera significar una frase que indica la hoja en la que se solicita el bautismo. Los niños no obedecen, imitan.

Volveremos a mimar y gratificar a los más pequeños como lo hicimos con los hijos en épocas pasadas. Algo que agrega un sabor “especial” al diario vivir.

Todo esto me lleva a felicitar ahora a Raquel y a Ángel, que con este acto han querido consolidar por segunda vez, su labor de ser padres. Y además darle las gracias por este auténtico regalo.


Felipe García Fraile
En Salamanca, septiembre de 2011.