martes, 13 de septiembre de 2011

22 SER ABUELOS



Bautismo de mi nieta Vega


Cuando nació mi primera nieta, alguien que ya había pasado por esta experiencia, me describió lo emocionante de ser abuelo.

Os aseguro que lo mejor de ser padres es la posibilidad de ser abuelos. Para esto hay que superar varios requisitos: El primero es casarse, el segundo es tener hijos, el tercero es tener hijos casados. Pero el cuarto requisito es el más importante, no morirse antes de que todo esto suceda.

Ahora poder experimentar por segunda vez, con la seguridad y la confianza que otorgan los años, una nueva dimensión de la paternidad, es para la mayoría de las personas un auténtico regalo, que además, supone el comienzo de una nueva y apasionante etapa de la vida.

Aunque es una etapa relevante del ser humano, no dejo de reconocer que el convertirse en abuelo es sinónimo de hacerse viejo. Pero me consuelo pensando que también significa, una oportunidad para gozar de una buena experiencia y como he dicho revivir la paternidad de una forma más relajada.


Si nos lo permiten nuestros hijos, contribuiremos de una manera correcta a aconsejar sobre la educación de nuestros nietos, de la misma manera que nuestros abuelos lo hicieron antes con nosotros. Puesto que ahora no es el momento de educar, sino de aconsejar.

A propósito de esto de educar, quisiera significar una frase que indica la hoja en la que se solicita el bautismo. Los niños no obedecen, imitan.

Volveremos a mimar y gratificar a los más pequeños como lo hicimos con los hijos en épocas pasadas. Algo que agrega un sabor “especial” al diario vivir.

Todo esto me lleva a felicitar ahora a Raquel y a Ángel, que con este acto han querido consolidar por segunda vez, su labor de ser padres. Y además darle las gracias por este auténtico regalo.


Felipe García Fraile
En Salamanca, septiembre de 2011.

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