viernes, 19 de octubre de 2012

27 PEQUEÑO LAPSO

UN LAPSO EN EL TIEMPO


Un día, mi nieta mayor me preguntó:

–Abuelito, ¿Cuántos años tienes?–

Le contesté. –Yo nací cuando aún no se conocía la televisión. – ¿No, abuelito?

–No, solamente existía el cine en blanco y negro en el que la gente se divertía viendo al “Gordo y el Flaco” y, a “Charlot” entre otros. Aún no había llegado a nuestro país el cine en color. Ni siquiera había agua caliente ni electricidad en todas las casas, nuestro baño consistía en meternos dentro de un barreño de cinc lleno de agua que nuestra madre había calentado en la lumbre de carbón. Nada de calefacción central, como máximo un brasero de cisco tapado con una alambrera que se colocaba debajo de la mesa camilla, arropada con unas faldillas para conservar el calor.

Tampoco había lavadora ni lavavajillas; para estos menesteres se utilizaba una pila y un rústico lavadero de madera fabricado manualmente. En consecuencia, al no haber aparecido el detergente, se usaba un “cantón” de jabón habitualmente hecho en casa.

Íbamos todos los domingos a Misa y, los viernes de Cuaresma, no podíamos comer carne, también acudíamos a colegios en los que los profesores eran curas y monjas, que nos obligaban a aprendernos de memoria el catecismo del padre Astete y Vilariño.

El panadero repartía el pan todos los días subido en un caballo que portaba unas aguaderas llenas de panes.

El lechero también repartía la leche a granel, lo hacía montado en un carrito tirado por un pollino.

Por entonces un helado costaba 10 céntimos de peseta, aún no habían aparecido los helados envasados herméticamente, el heladero los expedía a granel entre dos obleas midiendo la dosis con un artilugio metálico.

No había supermercados ni hipermercados, solamente tiendas atendidas por un tendero que despachaba detrás de un grasiento mostrador, las galletas, pastas, patatas y todos los comestibles se compraban a granel. El vendedor llenaba una bolsa de papel y la pesaba en una balanza de aquellas descalabradas con una aguja imprecisa, que giraba a favor del abacero. No se habían inventado las bolsas de plástico, ni la higiene alimentaria.

El kiosquero despachaba las pipas midiendo la dosis con un cubilete, cinco céntimos una porción, diez céntimos dos porciones.

–¿Cuántos crees que tengo?–

–¡Te parecerá increíble!–

–Aún no he cumplido los sesenta y cinco–

viernes, 5 de octubre de 2012

26 MODELO DE ORGANIZACIÓN DEL ESPÍRITU NACIONAL

MODELO DE ORGANIZACIÓN DEL ESPÍRITU NACIONAL


Dentro de este capítulo incorporo un artículo en cursiva, que ya circulaba en los años 80 del pasado siglo, en muchas de las grandes empresas y multinacionales ubicadas en España.

Existe mucho bloguero que se lo ha adjudicado para si, cambiando las fechas y algunas palabras. Actualmente, cualquiera tiene un blog, puesto que es muy fácil copiar y pegar alegremente.

Dicha narración decía literalmente así:

Cuentan las crónicas, que en el año 1985 se celebró una competición de remo entre dos equipos, uno compuesto, por trabajadores de una empresa española, el otro por sus colegas de una empresa similar japonesa. Se dio la salida, y los remeros japoneses empezaron a destacar desde el primer momento. Llegaron a la meta y el equipo español lo hizo con una hora de retraso sobre los nipones. 
De vuelta a casa la dirección se reunió para analizar las causas de tan bochornosa actuación. Se llegó a la siguiente conclusión. 

Se ha podido detectar que en el equipo japonés, había un jefe de equipo y diez remeros, mientras que en el equipo español había un remero y diez jefes de servicio por lo que para el próximo año se tomarán las medidas adecuadas. 

En el año 1986 se dio la salida y nuevamente el equipo japonés comenzó a distanciarse desde la primera palada. El equipo español llegó esta vez con dos horas y media de retraso sobre el equipo nipón. La dirección se volvió a reunir después del sonado rapapolvo de gerencia para estudiar lo acaecido y vieron que ese año el equipo japonés se compuso nuevamente de un jefe de equipo y diez remeros, mientras que el español tras las eficaces medidas adoptadas el año anterior, se compuso de un jefe de servicio, dos asesores de gerencia siete jefes de sección y un remero, por lo que tras un minucioso análisis, se llegó a la siguiente conclusión. El remero es un incompetente. 
En el año 1987 como no podía ser diferente el equipo japonés se escapó nada más dar la salida. La trainera que este año se había encargado al departamento de nuevas Tecnologías, llegó con cuatro horas de retraso. Tras la regata y a fin de evaluar los resultados, se celebró una reunión de alto nivel en la cuarta planta del edificio, llegándose la siguiente conclusión. Este año el equipo nipón opto una vez más por la tripulación tradicional formada por un jefe de equipo y diez remeros. El equipo español tras una auditoría extrema y el asesoramiento del departamento de informática, optó por una formación mucho más vanguardista y se compuso de un jefe de servicio, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores de “Arthur Andersen¹ y cuatro vigilantes jurados, que no quitaban ojo al único remero, al que habían amonestado y castigado, quitándole todos los pluses e incentivos por el fracaso del año anterior.

Tras varias horas de reuniones, se acordó que en la regata del 1988 el remero será de una empresa externa, ya que a partir de la vigesimoquinta milla, se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla que roza el pasotismo en la línea de meta.

¡La mayoría de nosotros, hemos visto en las obras de las carreteras, un obrero trabajando y varios “jefes” mirando¡
Así mismo, en algunas grandes superficies, uno trabaja colocando productos mientras es observado por varios directores, a través de las cámaras de vigilancia.
En otras compañías, un comercial está vigilado por un jefe de zona, un key account manager, un jefe de producto o product manager, un director comercial, un jefe de marketing, un jefe de personal, un jefe de logística, un director general y un consejo de administración. A este comercial se le adjudica un objetivo de ventas, con cuyas ganancias, aparte de pagarle el mini sueldo, da para los súper sueldos de todos sus superiores. En el caso de no vender su objetivo trimestral, es despedido de inmediato.

Muy parecido a lo ocurre en el gobierno de esta nación.
Son muchos los privilegiados; en tanto, la minoría trabajadora con sus impuestos ceban las arcas del país, cobrando sueldos miserables; de este modo, la nueva clase política asegura su porvenir con suculentos sueldos y pensiones vitalicias.
Y para más INRI, se permiten y, se le tolera criticar a los jueces. Ya es hora de que se ponga fin a estos personajes, que viven a costa del pueblo solamente por pronunciar cuatro cosas sin sentir lo que leen; siguiendo empeorando la situación económica del país.

¡Que legión, señores, parece el país de la “Srta. Pepis” ¡

DIPUTADOS GOBIERNO CENTRAL 350

SENADORES 266

DIPUTADOS AUTONÓMICOS 1268

DIPUTADOS PROVINCIALES 1197

DIPUTADOS EUROPEOS 50

ALCALDES 8116

CONCEJALES 68462

–No, no me he olvidado de los presidentes ni de la Casa Real.

Todos estos con regalías aparte del sueldo, como son dietas, coche con chofer incluido y pagado, móviles a todo pasto y otros momios.

Conclusión;

A los parados no le interesa trabajar, puesto que cobran 400 suculentos € que le regala el Estado. Los trabajadores, son unos inútiles, hay que congelar el salario mínimo interprofesional y aumentar los impuestos, ¡A ver si así espabilan¡ Porque de esta manera no se sale de la “Crisis”.

Los jubilados, ¡que se jo…¡ Se le congelará la mísera pensión y su poder adquisitivo disminuirá al soportar la subida de impuestos, puede que de esta forma se fomente el ahorro y dejen de hacer cola en La Caja a primeros de mes. Así guardarán su dinero los bancos para beneficio del país. Poco importa no poder hacer frente a los gastos de manutención y farmacia mensuales. En el caso de tener a su cargo algún familiar dependiente, ya se pueden dar por acabados, mejor es el “RIP”.

Ya lo dijo un vernáculo. Muchos jefes y pocos indios.

¿Qué ocurriría, si nadie se presentara a votar?



¹ Arthur Andersen LLP fue hasta el año 2002 una de las cinco grandes compañías auditoras del mundo. Su sede se encontraba en Chicago. Además de la auditoría, ofrecía servicios de asesoramiento fiscal y jurídico.

En 2002, Arthur Andersen se vio involucrado en el escándalo financiero Enron, lo que motivó el cese de sus actividades. A partir de entonces, las sociedades de Arthur Andersen en los diferentes países se fueron disolviendo y sus equipos profesionales se fusionaron o fueron absorbidos por otras empresas del sector.

Arthur Andersen fue fundada en 1913 por Arthur Andersen y Clarence DeLany bajo la denominación "Andersen, DeLany & Co". Andersen era por aquel entonces catedrático de finanzas empresariales en la universidad Northwestern University (cerca de Chicago). Su primer cliente fue la empresa cervecera Schlitz Beer Company de Milwaukee, ciudad situada al norte de Chicago. En 1918 el nombre de la compañía fue sustituido por "Arthur Andersen & Co".

El final de Arthur Andersen ocurrió cuando la compañía, como auditores de Enron Corporation, fue sentenciada por los tribunales federales de Houston el sábado, 16 de junio de 2002, por delitos de obstrucción a la justicia, y de destrucción y alteración de documentos relacionados con la quiebra de Enron y las irregularidades cometidas por dicha corporación. La multa impuesta fue de unos 500.000 dólares, y además se privó a la compañía de poder seguir ejerciendo sus funciones de auditoría y asesoría para las sociedades registradas en la bolsa de valores de los Estados Unidos.






 

sábado, 15 de septiembre de 2012

25 AUTOBUSERO DESCARRIADO

AUTOBUSERO DESCARRIADO.

Me han contado las malas lenguas, que a algunos de los habitantes del barrio de “El Zurguén”; les gustaría saber por qué un conductor del autobús, de la línea 9, hace sonar su estridente claxon cuando llega a la parada que hay cerca del BBV.

¿Lo hará para avisar a los empleados del banco y saber si su nómina está a buen recaudo?

¿O bien, para saludar a los vecinos de su llegada, como hacía el “Carita” en otro tiempo?

¿No será para sobresaltar el descanso de los que trabajan por la noche, y avisarles de que ya es la hora del refrigerio?

¡Cómo no sea para despertar a los bebés, de su sueño placentero y se acostumbren a dormir sin chupete!

En el caso de que fuera para saludar a sus amigos, mejor sería bajarse del vehículo y estrecharle la mano a todos; de esa manera no molestaría, no rompería la tranquilidad y además cumpliría con las ordenanzas de tráfico y convivir ciudadano.

También cabe la posibilidad, de que este chofer, habite en la zona y, quiera demostrarle a su mujer que está trabajando y no anda de picos pardos, pero nadie sabe que hace durante el tiempo de asueto. ¿Qué clase de bocata se comerá?

Sería una buena atracción filmar el acontecimiento y colgarlo en You Tube, posiblemente tendría más admiradores.



sábado, 18 de febrero de 2012

24 BLUE JEANS PITUSA ROCK







21 - BLUE JEANS PITUSA ROCK

Seguramente, uno de los primeros anglicismos que yo percibí en mi juventud, fue el de: “Blue Jeans”. Aquellos pantalones vaqueros, icono sociocultural, muy utilizados por los grupos de Rock en las décadas sesenta y setenta del pasado siglo, como símbolo y rechazo a los convencionalismos, el inconformismo y la provocación. Con ellos causábamos furor, paseando por nuestra Plaza Mayor y por la calle de Toro, más conocida en aquel tiempo por el “Paseo del dólar”. Nombre adjudicado, al ser ocupada la calle por la horda de puertorriqueños y sudamericanos que habían aterrizado en nuestra Universidad.

En aquella década prodigiosa, ellas, también causaba delirio, con la aparición de la minifalda, prenda creada por “Mary Quant” en 1965. En España, llevar minifalda era un signo de provocación, incluso de cariz revolucionario que irritaba a los reaccionarios, machistas y celosos en general. Véase “La Minifalda” de Manolo Escobar.

Tejanos con etiqueta de cuero, en la que figuraba “Blue Jeans Pitusa Rock”. Última moda, importada por los “Yankees”. Eso, era una de las pequeñas cosas que nos hacían felices, juntamente con las películas americanas, los cigarrillos “Bubi” y “Camel” con filtro, las cazadoras de vivos colores, con cuello subido y cremallera. O los “guateques”, donde bailábamos el “Rock and Roll”, "" y el “Twist” al son del “Pick-up”, imitando a los cineastas de películas, como “West Side Story” y “Rebelde sin causa”. No necesitábamos móvil para las citas con nuestros amigos o novias. En la distancia nos comunicábamos por carta, garabateando con sublime letra, redondilla o cursiva, que para sí quisieran las generaciones actuales. No nos imaginábamos el futuro, con la aparición del “Twitter”, WhatsApp, ni “Facebook”, palabras que han penetrado en nuestro idioma juntamente con “Disket”, “Email” o “Gel”, entre otras. En lugar de “Gel”, nos aseábamos con jabón Heno de Pravia, Marsella, Gota de Ámbar y Lagarto, hasta que apareció el “Moussel”.

Ahora hacemos nuestros “Business” con un “Smarphone”, tomamos un “Sándwich”, las mujeres han cambiado sus medias de cristal por “Pantys”, y practican “Aerobic” viendo un “Reality Show”, después de hacer “Clip” en el “Software”, para más tarde realizar su “Hobby” o hacerse un “lifting”. Algunos de mis contemporáneos, se acordarán de la tranquilidad que se respiraba en la ciudad, Los automóviles no requerían “Parking” ni tampoco necesitábamos teléfono móvil para “Chatear”. Por entonces, nos empezábamos a modernizar, comenzaba la era espacial con el “Sputnik”, el “Explorer”, y el “Programa Apolo”.

Se hicieron grandes avances, rápidamente en misiles, materiales científicos y tecnología informática. Gran parte de los conocimientos desarrollados originalmente para aplicaciones espaciales han sido dedicados a otros usos.

En lugar de “Mcdonald’s, o “Burger King”, nos confortábamos con un “bocata” de calamares y un tintorro, en el bar “El Gorro Blanco”.

Además de baretos, tascas y tabernas, disfrutábamos de lujosas cafeterías, como las afamadas: “Cafetería Castilla”, “California”, "Capitol", "Niágara", "American Bar", “Nacional”, “Villarrosa”, “Pereira” o Regio.

— ¡y por qué no!

También el afamado restaurante “TASIO” un lugar acogedor, donde se podían degustar tanto la mejor cocina, como la afabilidad, cordialidad y sabiduría de su dueño, que aún hoy en día sigue divulgando su simpatía y educación por donde quiera que va. Ahí acudíamos el grupo de amigos, tanto a degustar su virtuosa gastronomía, como a jugar nuestra partida de cartas. Lugar encantador donde se respiró tranquilidad, cortesía y cordialidad durante toda su existencia. De eso, todos mis coetáneos, seguimos teniendo nostalgia.

Por todos estos lugares, pululaban los desaparecidos limpiabotas, ataviados de negro, probablemente para así disimular los posibles pringues de betún.

—¡Limpia!

Se anunciaban con voz aguardentosa, portando su peculiar caja, esta, rematada con un artilugio para que la clientela apoyara el pie, a fin de facilitar la labor del lustrado.

Avanzando en el modernismo ciudadano, también por aquel tiempo fue inaugurada la hoy desaparecida cafetería “Suzie Wong”, que tomó el nombre de la famosa película, estreno del momento, protagonizada por Willian Holden y Nancy Kwan. Allí empezamos a conocer los “Sánwichs” y platos combinados, modas así mismo, trasladadas de “United States of America”.

Predominaban también los vendedores ambulantes, pregonando su mercancía a grito “pelao”.

–¡Mielerooo…mieeel!

—¡Lecherooo!;

—¡Sardina fresca!

—¡Berros, marujas y cardillooos!

—¡Churreraaa!;

—¡El colchonero!

   O el vendedor en la plaza de toros, voceando

– ¡Hay gaseosa frescaaa!

—¿Y en el cine? ¡Bombón helado Kelly!

No habían aterrizado, el “Walkman” ni “MP3”, los más hábiles nos recalentábamos el casco con una radio galena, en la que por las noches oíamos con un auricular de baquelita, a Narciso Ibáñez Serrador, contar las terroríficas Historias para no dormir.

¡Y tan terroríficas!

–Muerto de miedo no pegaba ojo en toda la noche, a costa de las dichosas historias.

Uno de los avances importantes de aquel tiempo, fue el gran paso de las alpargatas y zapatillas playeras, a las genuinas y legítimas botas de deporte, estas fabricadas en lona y rematadas finamente con puntera de goma, incluida una elegante y redondeada tobillera blanca.


Aquel pasado tan dichoso que fue, esos momentos mágicos que nunca olvidaré.

– ¡Menos mal, que nos libramos del “orinal”!

¿Dónde estás juventud, dónde te has ido?

La piedra se va muriendo
desmenuzándose dentro de mi pecho,
va llegándome a los ojos,
va cubriéndome hasta el último helecho.

(Chabuca Granda)